CONDICION FEMENINA, LA.

BARROS, MARCELO

Grama ediciones

Cuando hablamos de la condición femenina, la expresión puede aludir al estado de la feminidad, a su posición subjetiva. Pero la voz "condición" permite en español la doble significación del estado de una cosa por un lado, y a la vez del requisito, de lo que tiene que darse para que algo tenga lugar. Freud nos enseña que el amor de la feminidad, de lo que él designó como el tipo femenino más puro y auténtico, tiene una condición. Es ésta la razón del título de este libro. La condición femenina no alude únicamente a la posición subjetiva de la mujer y al estatuto de su sexualidad. Se refiere más centralmente a la condición que esa sexualidad impone, por así decirlo. Es la condición de un deseo que pudiera sostenerse allí donde ella, una mujer, encarna al Otro absoluto. La de ser amada más allá de los espejismos en los que el partenaire –y ella misma- se consuelan.

CONDICION FEMENINA, LA.BARROS, MARCELO

$17.400
CONDICION FEMENINA, LA.BARROS, MARCELO $17.400
Entregas para el CP:

Medios de envío

  • Librería Paidós Su compra podrá ser retirada cuando la orden de compra diga "Listo para retirar". Retiros en Local. Galería Las Heras. Av. Scalabrini Ortiz 3036 - Horario de Lunes a Viernes de 10,30 a 17 hs. Estamos cerrados Sábados, Domingos y Feriados.

    Gratis
Compra protegida
Tus datos cuidados durante toda la compra.
Cambios y devoluciones
Si no te gusta, podés cambiarlo por otro o devolverlo.

CONDICION FEMENINA, LA.

BARROS, MARCELO

Grama ediciones

Cuando hablamos de la condición femenina, la expresión puede aludir al estado de la feminidad, a su posición subjetiva. Pero la voz "condición" permite en español la doble significación del estado de una cosa por un lado, y a la vez del requisito, de lo que tiene que darse para que algo tenga lugar. Freud nos enseña que el amor de la feminidad, de lo que él designó como el tipo femenino más puro y auténtico, tiene una condición. Es ésta la razón del título de este libro. La condición femenina no alude únicamente a la posición subjetiva de la mujer y al estatuto de su sexualidad. Se refiere más centralmente a la condición que esa sexualidad impone, por así decirlo. Es la condición de un deseo que pudiera sostenerse allí donde ella, una mujer, encarna al Otro absoluto. La de ser amada más allá de los espejismos en los que el partenaire –y ella misma- se consuelan.