BION EN BUENOS AIRES
SEMINARIOS, PRESENTACIÓN DE CASOS 
Y SUPERVISIONES
LIA PISTINER DE CORTIÑAS (EDITORA)

Editorial Biebel

Entre fines julio y agosto de 1968 Bion estuvo en Buenos Aires invitado por la Asociación Psicoanalítica Argentina. En estos seminarios, traducidos al castellano por Elizabeth Tabak de Bianchedi, Bion habló de sus ideas, como aquellas sobre el Místico, el Establishment y el Grupo, que luego fueron publicadas en 1970 en su libro Atención e Interpretación. Las cuestiones más significativas que Bion introduce en estos seminarios ubican la teoría y la clínica psicoanalítica en una nueva dimensión, que conserva y refina la mayoría de los valores de Freud y de las contribuciones de M. Klein, tratándolas al mismo tiempo desde otra perspectiva. Así como Freud introdujo la dimensión inconsciente y la relación consciente-inconsciente, Bion desarrolló ideas sobre la relación finito-infinito, la tolerancia a la duda, a la incertidumbre y al misterio. Propuso nuevas ideas acerca de lo que llamó la relación entre la parte psicótica y no psicótica de la personalidad y en la última parte de su obra postuló como objetivo del psicoanálisis, además del conocerse a sí mismo, el devenirse auténtico, el devenirse sí mismo. La riqueza de sus hipótesis, la amplitud de sus teorías y la flexibilidad de sus modelos, agregadas al consejo de instalarse “sin memoria, sin deseo y sin entendimiento” en la tarea de observación e investigación clínica, apuntan a estimular la capacidad creativa de los analistas, como si les dijera “atrévanse a pensar por sí mismos”.

Bion habla de las dificultades para expresar ideas nuevas con palabras conocidas y explica que esto lo lleva a veces a introducir términos desprovistos intencionalmente de significado, como alpha y beta, o a utilizar palabras conocidas con significados estipulados por él. Para él la comunicación lateral es muy mala; si el objeto –es decir el paciente– está allí, uno puede señalar esa realidad compartida con el paciente, que está presente en la sesión. En cambio es muy difícil, si no imposible, cuando se trata de transmitir lo que ocurrió en la sesión a los colegas analistas, que no están presentes en ese análisis, en esa sesión, puesto que la experiencia del analista con su paciente es una experiencia emocional única e irrepetible.

Lia Pistiner de Cortiñas

BION EN BUENOS AIRES (SEMINARIOS, PRESENTACION DE CASOS...).DE CORTIÑAS, LIA PISTINER

$26.000
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Entre fines julio y agosto de 1968 Bion estuvo en Buenos Aires invitado por la Asociación Psicoanalítica Argentina. En estos seminarios, traducidos al castellano por Elizabeth Tabak de Bianchedi, Bion habló de sus ideas, como aquellas sobre el Místico, el Establishment y el Grupo, que luego fueron publicadas en 1970 en su libro Atención e Interpretación. Las cuestiones más significativas que Bion introduce en estos seminarios ubican la teoría y la clínica psicoanalítica en una nueva dimensión, que conserva y refina la mayoría de los valores de Freud y de las contribuciones de M. Klein, tratándolas al mismo tiempo desde otra perspectiva. Así como Freud introdujo la dimensión inconsciente y la relación consciente-inconsciente, Bion desarrolló ideas sobre la relación finito-infinito, la tolerancia a la duda, a la incertidumbre y al misterio. Propuso nuevas ideas acerca de lo que llamó la relación entre la parte psicótica y no psicótica de la personalidad y en la última parte de su obra postuló como objetivo del psicoanálisis, además del conocerse a sí mismo, el devenirse auténtico, el devenirse sí mismo. La riqueza de sus hipótesis, la amplitud de sus teorías y la flexibilidad de sus modelos, agregadas al consejo de instalarse “sin memoria, sin deseo y sin entendimiento” en la tarea de observación e investigación clínica, apuntan a estimular la capacidad creativa de los analistas, como si les dijera “atrévanse a pensar por sí mismos”.

Bion habla de las dificultades para expresar ideas nuevas con palabras conocidas y explica que esto lo lleva a veces a introducir términos desprovistos intencionalmente de significado, como alpha y beta, o a utilizar palabras conocidas con significados estipulados por él. Para él la comunicación lateral es muy mala; si el objeto –es decir el paciente– está allí, uno puede señalar esa realidad compartida con el paciente, que está presente en la sesión. En cambio es muy difícil, si no imposible, cuando se trata de transmitir lo que ocurrió en la sesión a los colegas analistas, que no están presentes en ese análisis, en esa sesión, puesto que la experiencia del analista con su paciente es una experiencia emocional única e irrepetible.

Lia Pistiner de Cortiñas